Por: Alejandro Ridruejo El silencio, en sus dos modalidades: interior y exterior, es un componente muy importante para poner calma y serenidad en el complejo mundo de emociones y deseos. El silencio exterior, la paz generada por la ausencia de ruido, se convierte en condición indispensable para la escucha y en la vía de acceso al mundo interior. El silencio interior, la parada consciente del flujo de pensamientos, sentimientos, de la misma imaginación, incluso el corazón parece detenerse, es un momento privilegiado para dejar expedito el camino para una vida más profunda. Hay otros silencios: el silencio frío, negativamente elocuente: no hay nada que decir; el silencio vacío indicando aislamiento; el silencio horrible generado por el odio; el silencio de los frustrados que esconde un fracaso. El hombre actual, amante de la libertad, desconoce la disciplina fuera del ámbito de su trabajo; en nuestra civilización está ausente la concentración. Esto provoca un cierto estado de inmad...
"Si esperas a sanar tus heridas y estar bien contigo mismo para después amar y servir, no alcanzarás la mayor plenitud humana, la que resulta de dar-te a los demás desde un amor profundo y un servicio alegre" @Lalovixi