¿Por qué el sacrificio?
31/08/05
Continuación: Cuando existe desarrollo espiritual, el ser humano siente profundo placer al sacrificarse por los demás, ser un mensajero de la compasión de Dios, portador de su divina Luz. Su gozo consiste en ayudar en el despertar espiritual de la humanidad, aliviar la carga del mundo; encuentra que la única vida digna es la que se emplea para ayudar a los demás.
Cuando se ofrece la vida a Dios para que El la utilice como considere mejor, cuando se busca sólo lo que ayuda en el Plan y no se desea nada para sí, Dios empieza a manifestarse y es quien obra a través del que se ofrece a El. Este es el único camino a la libertad; sólo así puede el Espíritu liberarse y triunfar.
Aceptar sin oponerse a lo que de todas maneras tendrá que tomar un curso ya establecido por la Ley de la Acción y Reacción; es decir, cuando no hay nada en nuestras manos para cambiar el giro de las cosas; hace que las situaciones que aparentemente no tienen solución, comiencen a resolverse de manera sorprendente.
Oponerse al fluir natural de las energías hace que se incremente la carga negativa y lo que podría haber sido una situación pasajera se convierta en un problema crónico de proporciones mayores.
31/08/05
Continuación: Cuando existe desarrollo espiritual, el ser humano siente profundo placer al sacrificarse por los demás, ser un mensajero de la compasión de Dios, portador de su divina Luz. Su gozo consiste en ayudar en el despertar espiritual de la humanidad, aliviar la carga del mundo; encuentra que la única vida digna es la que se emplea para ayudar a los demás.
Cuando se ofrece la vida a Dios para que El la utilice como considere mejor, cuando se busca sólo lo que ayuda en el Plan y no se desea nada para sí, Dios empieza a manifestarse y es quien obra a través del que se ofrece a El. Este es el único camino a la libertad; sólo así puede el Espíritu liberarse y triunfar.
Aceptar sin oponerse a lo que de todas maneras tendrá que tomar un curso ya establecido por la Ley de la Acción y Reacción; es decir, cuando no hay nada en nuestras manos para cambiar el giro de las cosas; hace que las situaciones que aparentemente no tienen solución, comiencen a resolverse de manera sorprendente.
Oponerse al fluir natural de las energías hace que se incremente la carga negativa y lo que podría haber sido una situación pasajera se convierta en un problema crónico de proporciones mayores.