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Mostrando entradas de junio, 2009

Corte de Caña, Emanuel en Nayarit

Mi experiencia en el Corte de Caña Por Emanuel Michel Barreto El día 3 de enero viajamos, mi compañero Juan Pablo yo a la ciudad de Xalisco, Nayarit para iniciar nuestra experiencia de peregrinación en el corte de caña. La peregrinación es una de las probaciones en el noviciado desde tiempos de san Ignacio (fundador de los jesuitas) hace 500 años. En aquel entonces consistía en peregrinar pidiendo limosnas desde España hasta Roma. San Ignacio dice que el fin de la experiencia es poner al novicio a que experimente pobreza e inseguridad para que aprenda a ponerse en manos de Dios. Hoy la experiencia es parte fundamental del noviciado jesuita sólo que ha sido adaptada a nuestro tiempo. Consiste en tener una peregrinación laboral. Peregrinar por la vida sintiendo en carne propia la pobreza que muchas personas viven en nuestro país. Una de las opciones es el corte de caña en Xalisco. Cortar hombro a hombro con indígenas migrantes de Guerrero, vivir con ellos y como ellos. Cuando llegamos a

En un hospital de Chiapas

"La amistad con los pobres nos hace amigos del Rey Eternal” (San Ignacio de Loyola) Por Luis Manuel Vizcaino Guevara nSJ Todos los novicios de primer año pasamos por la experiencia de hospitales, en ella como dicen las Constituciones, comemos, dormimos y servimos en algún hospital por un mes o poco más. A Esteban y a mí nos tocó en el Hospital San Carlos en Altamirano, Chiapas. Este hospital lo atienden las Hijas de la Caridad y brinda atención a bajo costo o gratuita a la gente de la región, especialmente a los indígenas que tienen más difícil acceso a esta clase de servicios.En el hospital estuvimos sobre todo en las áreas de Pediatría y Hospitalizados. Para mí, fue la oportunidad de ver en las personas el rostro de Dios que padece día con día ante tanta miseria y abuso. Pero también el rostro amoroso que les tiende la mano y busca para ellos algo mejor que esas condiciones en las que viven.En la experiencia, nosotros colaborábamos en lo que podíamos, pero más que colaborar, fui

Pentecostés en una maquila

Por Santiago Morell Ocaranza “Derramaré mi Espíritu sobre todo mortal. Haré prodigios arriba en el cielo y signos abajo en la tierra” (Hch. 2, 17 y 19) Durante dos meses y medio tuve la fortuna de convivir con personas de una condición social con la que nunca había compartido. Personas sobre las cuales yo había creado juicios de temor y miedo, ubicándolas como malhechores, drogadictos, cholos, etc. Los trabajadores de las fábricas eran un enigma para mí, los consideraba violentos, agresivos y prácticamente insensibles. No era consciente de esta forma de verlos, yo me creía una persona muy abierta y que aceptaba a todos mis hermanos, creía que tenía mucha facilidad para ubicarme de igual a igual con otro y de entablar relaciones con facilidad. Hoy (y durante la experiencia) reconozco mis limitaciones al ver y comprender la realidad, caí en la cuenta que miraba desde la seguridad que me habían brindado mis padres o desde las comodidades del hogar. El saberme y sentirme desprotegido, sin

Oración en y para la vida

Para comenzar: 1. Elegir un lugar que anime a estar en silencio, con tranquilidad. 2. Dedicar un tiempo a serenarse, para que el cuerpo también entre en oración. 3. Pedirle a Dios la gracia de ver, oír y sentir su Voluntad. 4. Considerar los siguientes puntos y ponerle atención a aquello que más resuene en el corazón. Conocimiento interno de Jesús El conocimiento interno de Jesús es progresivo, permanente. Su manifestación es inagotable, encierra tesoros de sabiduría, concentra la plenitud del amor. No es posible acabar de conocerlo. Siempre habrá algo por conocer de él. Este conocimiento interno no sólo se suscita en la mente, en la vida cotidiana uno refleja qué tanto ha profundizado en ese conocimiento interno. En este sentido, lo que se propone es ir a la experiencia del día a día y revivir con la imaginación los hechos, los encuentros y las personas que nos llevan a conocer más a Jesús. Puntos. a) Cuando pedimos amar a Jesús, no pedimos un movimie

El Pentecostés permanente de Pedro Fabro

Un encuentro diario y fiel con el Espíritu Santo por Esteban de Jesús Cornejo Sánchez, nsj Pentecostés representa el día en que Jesús cumple su promesa de mandarnos al Espíritu Santo “Consolador”; mismo que permanece desde entonces con nosotros, nos ilumina y nos guía en nuestro caminar hacia el Padre. Pedro Fabro llegó a darse cuenta por medio de la acción diaria del Espíritu en él, de la presencia de Dios en los demás, en la creación y en él mismo, desde lo que le toca vivir y experimentar. Pero ¿cómo logró encontrar esta experiencia diaria y constante del Espíritu en las criaturas, en los sentimientos, pensamientos y en todo lo creado?, y cuando lo encuentra ¿cómo distinguir si se trata del Buen Espíritu o del Mal Espíritu? y ¿cómo responde a este encuentro constante?. La vida de Pedro Fabro se encuentra sumamente enriquecida por la herencia espiritual de San Ignacio de Loyola, que le acerca más a Dios por medio del discernimiento de espíritus y otros ejercicios. En esta vida enriq