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Reflexiones sobre Navidad por Diego

23 de diciembre de 2009

Querido Lalo:

¡Qué hermoso estaba Madrid el lunes completamente cubierto de un impoluto manto de nieve en ese día en que estrenamos el invierno por este hemisferio norte. Y ahora sigue la lluvia y el frío. Y con este tiempo, mis vacaciones de invierno, un tiempo largo que se prolongarán hasta el 11 de Enero, tiempo en que podré descansar, orar más, compartir con más sosiego, disfrutar de mi comunidad, mi madre, mi familia, los que más me necesiten, a los que pueda ayudar.

Veo que tú estás bien y contento, viviendo experiencias que sin duda te servirán de mucho en tu camino de fe y en tu discernimiento vocacional. ¡Ánimo! Y gracias por la hermosa letra de Mago de Oz. Me encanta ese grupo. Ah, vi que en México legalizaron los matrimonios gays. ¿Qué opinas? Un hecho histórico en América Latina. Supongo que la Iglesia no estará muy de acuerdo no?

Y por acá, como en México supongo: villancicos populares, luces, belenes y pesebres, árboles encendidos, papás noeles colgando de ventanas y comercios, los centros de las ciudades y pueblos atestados de gente buscando los regalos dejados para última hora, prisas, ruidos, cenas y cenas de trabajo que se suceden sin descanso, la expectativa rutinaria de la familia que se reúne, tópicos y buenos deseos que se intercambian. No hay duda, estamos en Navidad. Para unos, un tiempo triste por la visita de la enfermedad o la ausencia de seres queridos; para otros, tiempo de familia; para bastantes, momentos todavía de crisis y desempleo que no permiten gastos desorbitados; para muchos, un tiempo de vacaciones, compras, descanso, fiestas, comilonas, kilos de más.

Sin olvidar a los que estarán solos, los que no podrán o no querrán celebrar nada, los que tendrán que trabajar esa noche, los mendigos y pobres de la calle, los que seguirán pasando hambre de pan y de cariño cerca y lejos de nosotros, los inmigrantes sin papeles que son detenidos como delincuentes, los que se han quedado sin trabajo, los que estarán lejos de sus seres queridos. Y este mundo nuestro que no acaba de salir del túnel oscuro de las guerras, las injusticias, las desigualdades, la destrucción del medio ambiente, y el dolor de tantos millones de seres humanos sumergidos en el hambre, la miseria, la explotación y la marginación. Es la Navidad con sus contradicciones e incoherencias, con la cara y la cruz de una realidad que va perdiendo quizá su dimensión espiritual y religiosa, pero que no acaba de encontrar su lado más humano y solidario, sino sólo el más festivo y superficial.

Y para nosotros los cristianos, un tiempo de esperanza y de alegría. Porque estamos convencidos de que la Navidad es ante todo un tiempo para celebrar que Dios se acercó y se sigue acercándonos a nosotros en la humildad desarmada de un Niño que, desde su pesebre, abre sus brazos para invitarnos a contemplar el mundo con una mirada de amor. María, José, los pastores, los reyes magos, la mula y el buey, el ángel, todo nos habla de sencillez, ternura, acogida, calor del corazón, compartir solidario, compromiso por la paz. ¡Qué hermosa escena la este domingo cuarto de Adviento en que la Virgen María se pone en camino para visitar a su prima Isabel, comunicarle la alegría que la habita y hacerse mano solidaria con quien la necesita! Todo en esa escena llama a la alegría, a ponerse en camino hacia a los otros, a confiar, a celebrar la fiesta del encuentro. Valores todos ellos que no han pasado de moda, al revés, son más urgentes que nunca en este mundo nuestro tan frío a veces, tan calculador, tan individualista, tan tecnológico y a la vez tan deshumanizado, tan lleno de desigualdades e injusticias que son un insulto a los más elementales derechos humanos.

¡Bendita Navidad que llegas cada año para recordarnos que es posible un mundo mejor, que en el ser humano habita una búsqueda de la verdad y de una plenitud que no se sacia sólo con llenarnos de cosas materiales, que hay más bondad que maldad, que la paz, la justicia y la igualdad no son sueños imposibles, que Dios no ese Ser lejano, incomprensible, distante, ajeno a nuestras luchas, sufrimientos, alegrías y esperanzas, que Dios es un Niño indefenso, humilde, tierno, acogedor, amigo, un Dios que no se impone por la fuerza, sino que se ofrece desde la libertad y el amor! Navidad, siempre actual y necesaria.

Navidad para que sigan resonando la voces de aquellos ángeles que proclamaban que la gloria de Dios es la paz entre los seres humanos, paz y justicia que siguen siendo un sueño posible, a pesar del fracaso de la Cumbre del clima en Copenhague, de la violencia que sigue matando en Irak, Afganistán y tantos otros lugares del mundo, de los muros de todo tipo que se siguen alzando entre personas, pueblos países y continentes, de la inmensa brecha de desigualdad que sigue sangrando entre pobre y ricos, de las flagrantes violaciones contra los derechos humanos. Y es que la Navidad, no hay que olvidarlo, no es una fecha histórica para recordar, sino un presente que hay que vivir. Navidad es cada día que decides amar a los que te rodean, cuando comprendes que los rencores pueden ser transformados a través del perdón, cuando te desprendes aun de lo que necesitas para dar a los que tienen menos, cuando eliges vivir en la alegría y la esperanza.

A propósito de todo esto, para mi gusto, el pasado viernes tuve ocasión de asistir a un precioso espectáculo visual, llamado “Avatar” (en el hinduismo, la reencarnación de un dios, o en el caso de la película, el meterse en la piel de otro ser por parte de los humanos para vivir su experiencia e intentar controlarla), última película del genial James Cameron, recién estrenada, y que es una alarde de belleza y creatividad, así como una defensa, quizá pueda parecer que algo simplista y maniquea, de los buenos frente a los malos, de lo natural frente a los artificial, de la espiritualidad frente afán desmedido de riqueza y poder, de la ecología frente a la destrucción de la planeta, del pacifismo frente a la violencia y la guerra. Su mensaje es un acicate y estímulo para todos cuantos creemos que no todo está perdido, que tenemos que seguir luchando con las mejores armas posibles: la palabra, la tolerancia, la fuerza moral de nuestros actos, el diálogo, la apuesta por otro modelo económico, la revitalización de los grandes valores humanos que nos unen a todos, la resistencia de nuestras grandes creencias y convicciones, la opción por una civilización cuyo cimiento sea la ética del amor, donde el ser humano sea su centro más sagrado, y no el afán desmedido de ganancia o las luchas políticas de dominio y control de las conciencias. En este sentido, pensaba yo, y sin querer ser un heterodoxo, que Jesús es el más perfecto “Avatar” de Dios, hecho hombre como nosotros para compartir nuestra vida, nuestra historia, nuestro destino.

A eso los cristianos lo llamamos “encarnación”, entrada de Dios en el mundo de los humanos, pero no para experimentar con nosotros y luego abandonarnos, sino para caminar a nuestro lado y proyectar nuestros sueños y horizontes hasta el infinito de una vida más digna y más plena y feliz. Porque ahí reside ante todo el mensaje práctico, antiguo y siempre nuevo, de lo que llamamos y celebramos como Navidad.

Te animo y me animo a vivir una Navidad más espiritual,comunitaria, familiar y solidaria. No olvidemos que Navidad es Jesús, su mensaje de amor y de paz, su solidaridad con las más pobres y necesitados, su llamada a vivir cada día del año en la esperanza y la lucha, y en la convicción de que podemos transformar y cambiar este mundo injusto y violento, de que si unimos fuerzas a los que, cristianos o no, se esfuerzan por hacer posible el sueño de una tierra en paz y en igualdad es posible, será en verdad NAVIDAD.

Finalizo este mensaje deseando para ti y tus seres queridos lo mejor para estos días y el año nuevo 2010: salud, paz, trabajo, amor, unión comunitaria y de familia, fe, alegría, compartir, ternura, acogida, tolerancia, apertura de mente y corazón. Enciende junto a los tuyos la noche de Navidad y todas las noches del nuevo año la luz de la esperanza y del amor. Regala cosas, pero sobre regálate a ti mismo, tu tiempo, tu sonrisa, tu hombro, tu mano, tu apoyo, tu ánimo, tu solidaridad. Son los mejores y más perdurables regalos.

Yo te regalo hoy un adjunto de felicitación navideña y dos textos, un poema y un villancico que a mí me ha gustado siempre mucho y que no tiene nada que ver con los típicos y melifluos, aunque hermosos y alegres, villancicos populares que se cantan estos días. Estas bienaventuranzas y el texto del villancico son una buena materia para reflexionar en este tiempo navideño y nos recuerdan en qué consiste la verdadera felicidad de la Navidad y cómo podemos vivirla cristianamente. Pero lo mejor que puedo darte es: mi cariño y la certeza de que siempre contarás con mi amistad, mi oración y mi cercanía del corazón.
¡TE DESEO UNA NAVIDAD Y UN AÑO NUEVO DONDE REALICES TODOS TUS SUEÑOS MÁS HERMOSOS DE FELICIDAD!

Tu amigo.

Diego.

BIENAVENTURANZAS DE LA NAVIDAD

1.- Dichoso quien sabe traducir las palabras del profeta Isaías: “preparar el camino del Señor”, porque organizará su vida según los deseos de Dios.


2.- Dichoso quien busca un momento de silencio para pensar en lo que va a suceder, porque descubrirá lo que tiene que hacer.

3.- Dichoso quien ha allanado su camino, porque Dios no encontrará dificultades para nacer en su vida.

4.- Dichoso quien no desespera cuando la estrella desaparece de su vida y sigue buscando, porque encontrará lo que busca.

5.- Dichoso quien se ha acercado hasta el pesebre de Belén y acoge, como hicieron los pastores, a ese niño, porque en Él descubrirá el rostro visible de Dios.

6.- Dichoso quien sabe, como María, meditar lo que ha visto y guardarlo en su corazón, porque comprenderá el misterio de Dios.

7- Dichoso quien sabe captar el mensaje que Dios trae a los hombres, porque descubrirá un Dios cercano, amigo y salvador.

8.- Dichoso quien ha descubierto lo que ha sucedido y corre presuroso a comunicar lo que ha visto y oído, porque quiere que esta Buena Noticia llegue a toda persona.

9.- Dichoso quien se deja tocar por la debilidad de Dios, porque aprenderá a tocar la debilidad de las personas.

10.- Dichoso quien se deja interpelar por Dios, porque habrá comprendido el significado de la Navidad: “Dios-con-nosotros”.

VILLANCICO: NAVIDAD SIN PANDERETA

A BELÉN SE VA Y SE VIENE
POR CAMINOS DE ALEGRÍA,
Y DIOS NACE EN CADA HOMBRE
QUE SE ENTREGA A LOS DEMÁS.
A BELÉN SE VA Y SE VIENE
POR CAMINOS DE JUSTICIA,
Y EN BELÉN NACEN LOS HOMBRES
CUANDO APRENDEN A ESPERAR.

Lo esperaban como rico
y habitó entre la pobreza.
Lo esperaban poderoso
y un pesebre fue su hogar.
Lo esperaban un guerrero,
y fue paz toda su guerra.
Lo esperaban rey de reyes,
y servir fue su reinar.

Lo esperaban sometido,
y quebró toda soberbia:
denunció las opresiones,
predicó la libertad.
Lo esperaban silencioso:
su palabra fue la puerta
por donde entran los que gritan
con su vida la verdad.

Navidad es un camino
que no tiene pandereta,
porque Dios resuena dentro
de quien va en fraternidad.
Navidad es el milagro
de pararse a cada puerta
y saber si nuestro hermano
necesita nuestro pan.

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