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¿Vocación consagrada? Más preguntas que respuestas

16 de agosto de 2013. Puente Grande, Jalisco.

En el marco del retiro sobre las Bienaventuranzas de Adolfo Chércoles, SJ.
En la Iglesia nos preocupan varias cosas. Una de ellas es la secularización que implica la pérdida de la dimensión espiritual (expresiones creyentes) en nuestras relaciones y servicios. Jesús dice en el Evangelio: “No sólo de pan vive el hombre” pero, en un mundo con tanta desigualdad, en el que los pobres son cada vez más pobres y los ricos son cada ve




z más ricos (JPII) los religiosos, que quieren seguir los pasos de Jesús en el servicio a los pobres, tienen que dedicarse cada vez más a labores de asistencia material (alimentación, vivienda, salud, etc). Buena parte de la vida religiosa activa está volcada a la promoción humana mediante servicios asistenciales. En este contexto se teme que la labor apostólica de los religiosos se convierta en un activismo social. Se intuye que se pierde la centralidad de la Fe y las instituciones de la Iglesia (con todos sus los clérigos, religios@s, frailes, etc) se conviertan en Organizaciones No Gubernamentales.

Me vienen varias preguntas a propósito del papel de la fe (como creencia y práctica) en las motivaciones de los religiosos y en los laicos.
1.     ¿Cómo se puede juzgar-constatar, desde lo exterior, quiénes sirve anclados en la persona de Jesucristo y quiénes sirven anclados en la filantropía?

2.     ¿Cómo puede un religioso –permanecer enamorado- y levantarse todos los días para entregarse sin sentirse amado por aquellos a los que sirve? (Pasión)

3.     ¿Somos más susceptibles de quemarnos (Burn out) los religiosos que los laicos comprometidos que tienen pareja o familia? Si/No ¿Por qué?


4.     ¿Qué puedo hacer yo para no vaciarme, para no quedarme seco, al estar constantemente volcado hacia los demás mediante servicios asistenciales?¿Qué significa creer (más allá de los dogmas tradicionales y de la ritualidad) y mantenerse motivado por el seguimiento de Jesús desde los votos religiosos?

5.     ¿Cuál es la diferencia entre un jesuita, carmelita, dominico, etc.  y otras personas (incluso agnósticas o ateas) que se comprometen  a fondo y dejan sus vidas en el servicio a poblaciones vulnerables? 










6.     ¿Cuál es la diferencia sentida por las personas atendidas (migrantes, niños, mujeres, etc) entre el servicio de los religiosos y el servicio de voluntarios laicos de alguna asociación u ONG? ¿Cómo se puede distinguir la profundidad del amor a los empobrecidos de unos y de otros?


7.     ¿Para qué entrar a formar parte de una institución eclesial (orden o congregación religiosa) si se puede ofrecer el mismo servicio (incluso con mayor libertad) como voluntario o activista social en asociaciones de asistencia social, ong´s, IAP´s, Caritas, etc? ¿Vale la pena hacer los tres votos (pobreza, castidad, obediencia) para intentar dar un mejor servicio? ¿En qué sentido se afirma que los votos, y en particular el de castidad (celibato)-, posibilitan una mayor disponibilidad? 

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8.     ¿Cuál ha sido mi experiencia como religioso?¿Cómo vivir los votos como alas y no como cadenas? ¿Qué me respondo a mí mismo -desde un discernimiento orante- respecto de las anteriores preguntas?

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