Bitácora de apoyo a Damnificados por huracán Karl
Veracruz, Octubre 2010.
Tras varios días de retraso por la afectación en las carreteras que llevan a Acayucan, una población localizada a 255 km al sur del la capital del estado, en la región de “Los Tuxtlas”, el Lunes 11 de octubre por fin pudo salir de México un tráiler con ayuda humanitaria, de la cual, la gran parte fue enviada por parte del ITESO a través de Cáritas emergencias.
Días antes estuve viendo la posibilidad con Cristina Barragán (Manos Solidarias, ITESO) y Enrique Guillen (Cáritas México) de ir a Veracruz y entregar directamente la ayuda a los afectados. El lunes por la mañana recibí un correo de Enrique diciendo que la ayuda salía ese día por lo que tomé el primer vuelo disponible Hacia Veracruz para luego partir en autobús durante la noche hacia Acayucan.
Podría decirse que fue muy precipitada la decisión pero ya tenía idea de lo que íbamos a hacer allá, así que no lo pensé mucho… y que bueno porque si no nunca me hubiera ido. No hubiera visto la situación real de los afectados, no hubiera aprendido tantas cosas, no hubiera recibido tantas sonrisas de gratitud, no estuviera contando esto.
Al llegar a Acayucan me encontré con Manuel González y Arturo Uriel, miembros de Cáritas emergencias con quienes estuve durante toda mi estancia. Salí con Arturo hacia La Lajilla, comunidad afectada del municipio de Jáltima. Durante el largo camino, me fue explicando un poco la situación y su plan te trabajo mas no fue hasta llegar al lugar cuando pude entender todo lo que me decía. Conocí al agente municipal, Juan Nazario Mendoza, un hombre de unos 30 años encargado de la organización de su comunidad para la ágil y eficaz entrega de las despensas, el uso de los albergues (296 familias instaladas) y la distribución de comisiones. Es tanto el tiempo que le ha dedicado a esta actividad que perdió su empleo, sin embargo, su gran sonrisa nunca se mostró débil. Cruzamos el rio en lancha para llegar a la comunidad y nos llevó a varias viviendas (todas devastadas) donde pudimos platicar con los habitantes quienes platicaban sus interesantes anécdotas de la inundación, de su forma de vida y de las tantas cosechas, animales y cosas arrasadas por la crecida del rio (subió más de tres metros y medio sobre su nivel normal). Personas humildes, la gran mayoría de ellos se dedican al campo y todos perdieron la cosecha anual (solo siembran una vez al año durante agosto y septiembre), algunos más a la pesca (no hay peces ahora porque fueron arrastrados por la corriente), también perdieron sus gallinas por lo que el huevo escasea aun mas, el comercio está prácticamente muerto en todas estas comunidades. Sus hogares son muy sencillos, llenados por hamacas, estufa, alguna televisión con antena, refrigeradores chicos, mesas rusticas, son los principales bienes de las casas y que la comunidad pudo salvar colgándolos en los techos con lazos y mecates.
Regresamos por la tarde a Acayucan y fue entonces cuando me presentaron con el padre Pelayo González, encargado de la parroquia de Guadalupe. Con una visión muy interesante, emprendedora y muy centrada en la problemática presentada y las soluciones propuestas, encargado de Cáritas en la región de los Tuxtlas. Nos invitó a comer pero justo antes de empezar llegó el tráiler por lo que tuvimos que dejar todo para ir a descargar. Después pudimos comer.
¡Qué emocionante es ver la ayuda recolectada por todo el equipo de UNIRED llegar a su destino! 2,500 despensas aproximadamente fueron las que se alcanzaron a crear con el esfuerzo de todos. Estas son distribuidas, una por cada familia, en las comunidades más afectadas a las que no llega el gobierno, el ejército, ni protección civil. “Nunca entregamos despensas en Cabeceras municipales ni en zonas de fácil acceso, solo en comunidades de los alrededores” mencionó el padre Pelayo, lo que pude comprobar personalmente. Es un proceso tardado ya que para llegar a cada comunidad se requiere de un día completo y largas horas de traslado en camionetas y lanchas, sin embargo, LA AYUDA LLEGA.
Antes de salir con la carga los agentes municipales envían un control con la cantidad exacta de familias por cada comunidad para evitar llevar excedentes o tener faltantes. Este control es bastante riguroso y no se hacen selecciones por preferencias políticas, amistades, religión ni de ningún otro tipo. A todos les toca lo mismo. Durante la entrega a cada familia están presentes el párroco de la comunidad y el agente municipal quienes son testigos de que la ayuda entregada sea exclusiva para habitantes de ese lugar y que nada llegue a otras manos, tampoco puede darse ayuda en exceso porque esto opacaría el comercio local disminuyendo aun mas las posibilidades de negocio.
Es importante hacer notar que no solo el factor alimenticio es el único problema en estos desastres, el colapso de puentes por ejemplo, entorpece la circulación de transporte, con ello, la entrada de la ayuda humanitaria y de maquinaria para la limpieza y reconstrucción de los lugares afectados. La humedad en el área provoca enfermedades en la piel como micosis, enfermedades virales y problemas en las vías respiratorias.
No se puede ayudar sin conocimientos, es necesaria una intensa preparación y planeación de trabajo para lograr algo eficiente, muchas personas logran conseguir bastante ayuda en especie sin embargo por falta de esta preparación, no se reparte debidamente y provoca muchos conflictos entre afectados, como en este caso, bastante ayuda fue entregada en el Centro de Veracruz y no se repartía de forma equitativa así que las personas que realmente necesitaban de ese apoyo no lo obtuvieron y por el contrario, aquellos quienes posiblemente ni siquiera se vieron afectados por el huracán recibieron hasta 10 despensas por familia, además de que solo se concentró en un solo punto y no se consideraba la expansión de la ayuda a los alrededores.
Lo último que puedo decir ahora es que gracias a toda la comunidad universitaria hemos logrado esta campaña con bastante éxito y crean que su apoyo está en muy buenas manos y realmente llega a donde más se necesita.
Ángel Gustavo Medeles Córdova
Ingeniería Civil, ITESO.
Comentarios