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Mi tío Enrique en el Cielo

11 de septiembre de 2007

"Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos."
(Lc 12)


Señor Jesús:

Acción de Gracias.

Gracias por los años que me permitiste convivir con mi tío Enrique. Gracias por regalarnos el Don de la vida a los dos. Su vida ha sido para mi un signo de tu Amor y Tu Presencia en el mundo. Gracias por esta familia tan maravillosa en la que me hiciste nacer.

Gracias por haberle permitido a mi tió Enrique ver crecer a sus hijos, educándolos para el Amor, en compañía de mi tía Chela y gozar del nacimiento de sus nietos. Sus nietos son las flores que han dado los frutos (mis primas) de sus años en este mundo.

Gracias por permitirme ver a mi primo Enrique dirigiendo varios Rosarios frente al ataud de su papá y por el testimonio de generosidad de mi primo al quererte consagrar su vida entera.

Hombre de Fe – Hombre de Dios

Mi tío Enrique vivió con integridad. Supo mantener un Equilibrio. Mantuvo siempre su lámpara encendida. Recíbelo en Tu Gloria y premia su esfuerzo con tu Compañía por toda la eternidad.

El procuró vivir siempre en estado de gracia, confesándose y asistiendo a la Eucaristía y comulgando con frecuencia. Vivió con rectitud, como deberíamos vivir todos los cristianos. Estaba atento a lo más importante: Dios y su familia. Se preparó para ese Encuentro amoroso con el Señor.

Mi tío sembró muchas semillas de Amor en su pasó por la tierra. Dejó una familia unida, grande y hemosa. Una familia que es testimonio vivo de la fe y la alegría cristiana. Su incondicional esposa: Mi tía Chela, y sus hijos: Aracely, Daniela, Enrique, Luis Pedro y Ana Paula.

Petición:

Líbrame Señor de querer ser alabado. Líbrame de la soberbia que no me deja vivir en plenitud. Despójame del miedo a la mediocridad y dame el valor y la determinación para seguirte, desde la humildad, haciendo lo que a Ti te agrada.

Que Dios nos de la fuerza para reconocer nuestras fallas y debilidades y poner en práctica todos los dones que nos dió, para servir a nuestros hermanos, especialmente los pobres y los que no conocen a Jesucristo.

EAS

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