Familia y amig@s:
Estoy muy agradecido con Dios por haber podido disfrutar de unos días o momentos con ustedes. Una semana no es tiempo suficiente para encontrarnos y podernos enterar de todo lo que ha pasado en nuestras vidas. Sin embargo, al verlos me dio la impresión de que el tiempo no había pasado, como que las cosas se hubieran quedado donde estaban. Esa sensación es para mí un signo de que a pesar de la distancia y el tiempo sin hablar, nuestra amistad sigue adelante y tenemos la confianza de los viejos tiempos, o incluso más, en algunos casos.
Lo cierto es que claramente muchas cosas han cambiado desde hace dos años que entré a discernir mi vocación en la Compañía de Jesús. Varios de ustedes, queridos primos y amigos, se han casado. (Emilio, Cecilia, Mauricio) y otros están por casarse: Pepón, Octavio… etc.
Pues yo estoy muy contento por haberlos podido ver y muy agradecido con Dios por haberme hecho nacer en mi familia y por haberme regalado amigos tan buenos.
Ahora, en ésta mi familia, la comunidad del noviciado, estamos pasando un momento agridulce. Y eso ocurre cada año. Los de segundo año hacen sus votos y se van. Nosotros pasamos a segundo, y llegan los nuevos novicios a primero. Tenemos casa llena!. Llegaron los 18 novicios admitidos, de modo que en total somos 27, porque nosotros somos 9, ya de segundo año. Y además están los tres jesuitas formadores y el Padre Raúl Cervera, director de la Revista de Teología Christus, que recién se incorporó a esta comunidad, con la misión de investigar y seguir escribiendo.
Son días muy intensos. La semana pasada, en que llegamos de las vacaciones nos pusimos a prepararles la casa a los nuevos, pintar muros, techos, lijar, podar, muchos trabajos de mantenimiento que nos dejaban agotados todos los días. Y luego organizar y atender la entrada de los nuevos y atender a sus familias que los vinieron a dejar, como yo, cuando entré el año pasado. (que por cierto, venía muy desvelado, porque había estado en la sierra el sábado en la noche, despidiéndome en el Supervixi, de amigos y primos, y a las 10 am del domingo ya estaba aquí en el noviciado con mi familia… Mu mu malo, eso de querer ser ajonjolí de todos los moles)
En la entrada, el fin de semana pasado, yo estuve de mesero y luego de la comida les cantamos las parodias a los nuevos, (vieja tradición del noviciado de hacer canciones chistosas para los nuevos según su historia y perfil). Terminamos la tarde con la Eucaristía, en la que hubo momentos muy emotivos, al escuchar las intervenciones de algunos papas de novicios que participaron después de que algunos de los 13 sacerdotes jesuitas que concelebraron dieran una palabra.
Luego esta semana, hemos seguido con los trabajos de mantenimiento. Y pues el cuerpo de 31 años, ya no es el de los 15. Ya me pesa más desvelarme y trabajar tanto día seguido de albañil-pintor, jajaja. A algunos de estos canijos veinteañeros, todavía les queda pila para jugar futball en la noche después de la cena.
El semestre pasado (2) tuve la materia de Introducción a la vida religiosa, en la que reflexionamos sobre el voto de pobreza en la Compañía. En este tercer semestre vamos a ver el voto de castidad, y en el cuarto toca obediencia. Dice mi Padre acompañante, que aunque para muchos pareciera que el más difícil es el de castidad, para él, el más caramba ha sido el de obediencia. Y tiene sentido porque me ha dicho, que mientras que las tentaciones (o calenturas jajaja), son alguna(s) vez al mes, y hay que hacerles frente; el tema de la obediencia es todos los días porque el jesuita ha de obedecer a sus superior, pero no con una obediencia ciega, sino con una obediencia discernida, en fidelidad creativa.
En fin, ya Dios nos irá diciendo a los novicios, si tenemos vocación para este estilo de vida. Por lo pronto, al estar conviviendo, con mis sobrinitos en estas pasadas vacaciones, confirmé que no tengo mucha vocación de papa porque ¡qué difícil es cambiar pañales verdad! Jajaja. Y luego eso de tener que educarlos y poner el ejemplo todos los días y alimentarlos, etc, etc, etc… no está nada fácil. Por eso yo admiro a todos los que de entre ustedes son padres de familia, o están por serlo. Felicidades por ese regalo del Amor conyugal, sean fieles a su vocación.
Les comparto que estoy muy agradecido con Dios, porque aunque fueron pocos días los pude aprovechar y disfrutar muy bien. Me la pasé muy bien en la playita con mi familia. De regreso llegamos un rato a Tequila. Luego pude visitar a mi abuelita Mamá Pita, mis tías Arcelia, Veva y prim@s en Querétaro. Y para cerrar con broche de oro, la convivencia con los amig@a en la casa el último sábado. Muchas gracias por haber ido a saludarme y convivir tan a gusto, recordando los viejos tiempos y actualizándonos.
Bueno, por ahora me despido, porque voy de chofer a llevar acompañando al Padre Samuel a un rancho, (Ferrería) para ir a ver lo de un becerro que nos van a cocinar para los votos que harán el próximo sábado seis de mis hermanos.
Un abrazo a todos,
Lalo
Estoy muy agradecido con Dios por haber podido disfrutar de unos días o momentos con ustedes. Una semana no es tiempo suficiente para encontrarnos y podernos enterar de todo lo que ha pasado en nuestras vidas. Sin embargo, al verlos me dio la impresión de que el tiempo no había pasado, como que las cosas se hubieran quedado donde estaban. Esa sensación es para mí un signo de que a pesar de la distancia y el tiempo sin hablar, nuestra amistad sigue adelante y tenemos la confianza de los viejos tiempos, o incluso más, en algunos casos.
Lo cierto es que claramente muchas cosas han cambiado desde hace dos años que entré a discernir mi vocación en la Compañía de Jesús. Varios de ustedes, queridos primos y amigos, se han casado. (Emilio, Cecilia, Mauricio) y otros están por casarse: Pepón, Octavio… etc.
Pues yo estoy muy contento por haberlos podido ver y muy agradecido con Dios por haberme hecho nacer en mi familia y por haberme regalado amigos tan buenos.
Ahora, en ésta mi familia, la comunidad del noviciado, estamos pasando un momento agridulce. Y eso ocurre cada año. Los de segundo año hacen sus votos y se van. Nosotros pasamos a segundo, y llegan los nuevos novicios a primero. Tenemos casa llena!. Llegaron los 18 novicios admitidos, de modo que en total somos 27, porque nosotros somos 9, ya de segundo año. Y además están los tres jesuitas formadores y el Padre Raúl Cervera, director de la Revista de Teología Christus, que recién se incorporó a esta comunidad, con la misión de investigar y seguir escribiendo.
Son días muy intensos. La semana pasada, en que llegamos de las vacaciones nos pusimos a prepararles la casa a los nuevos, pintar muros, techos, lijar, podar, muchos trabajos de mantenimiento que nos dejaban agotados todos los días. Y luego organizar y atender la entrada de los nuevos y atender a sus familias que los vinieron a dejar, como yo, cuando entré el año pasado. (que por cierto, venía muy desvelado, porque había estado en la sierra el sábado en la noche, despidiéndome en el Supervixi, de amigos y primos, y a las 10 am del domingo ya estaba aquí en el noviciado con mi familia… Mu mu malo, eso de querer ser ajonjolí de todos los moles)
En la entrada, el fin de semana pasado, yo estuve de mesero y luego de la comida les cantamos las parodias a los nuevos, (vieja tradición del noviciado de hacer canciones chistosas para los nuevos según su historia y perfil). Terminamos la tarde con la Eucaristía, en la que hubo momentos muy emotivos, al escuchar las intervenciones de algunos papas de novicios que participaron después de que algunos de los 13 sacerdotes jesuitas que concelebraron dieran una palabra.
Luego esta semana, hemos seguido con los trabajos de mantenimiento. Y pues el cuerpo de 31 años, ya no es el de los 15. Ya me pesa más desvelarme y trabajar tanto día seguido de albañil-pintor, jajaja. A algunos de estos canijos veinteañeros, todavía les queda pila para jugar futball en la noche después de la cena.
El semestre pasado (2) tuve la materia de Introducción a la vida religiosa, en la que reflexionamos sobre el voto de pobreza en la Compañía. En este tercer semestre vamos a ver el voto de castidad, y en el cuarto toca obediencia. Dice mi Padre acompañante, que aunque para muchos pareciera que el más difícil es el de castidad, para él, el más caramba ha sido el de obediencia. Y tiene sentido porque me ha dicho, que mientras que las tentaciones (o calenturas jajaja), son alguna(s) vez al mes, y hay que hacerles frente; el tema de la obediencia es todos los días porque el jesuita ha de obedecer a sus superior, pero no con una obediencia ciega, sino con una obediencia discernida, en fidelidad creativa.
En fin, ya Dios nos irá diciendo a los novicios, si tenemos vocación para este estilo de vida. Por lo pronto, al estar conviviendo, con mis sobrinitos en estas pasadas vacaciones, confirmé que no tengo mucha vocación de papa porque ¡qué difícil es cambiar pañales verdad! Jajaja. Y luego eso de tener que educarlos y poner el ejemplo todos los días y alimentarlos, etc, etc, etc… no está nada fácil. Por eso yo admiro a todos los que de entre ustedes son padres de familia, o están por serlo. Felicidades por ese regalo del Amor conyugal, sean fieles a su vocación.
Les comparto que estoy muy agradecido con Dios, porque aunque fueron pocos días los pude aprovechar y disfrutar muy bien. Me la pasé muy bien en la playita con mi familia. De regreso llegamos un rato a Tequila. Luego pude visitar a mi abuelita Mamá Pita, mis tías Arcelia, Veva y prim@s en Querétaro. Y para cerrar con broche de oro, la convivencia con los amig@a en la casa el último sábado. Muchas gracias por haber ido a saludarme y convivir tan a gusto, recordando los viejos tiempos y actualizándonos.
Bueno, por ahora me despido, porque voy de chofer a llevar acompañando al Padre Samuel a un rancho, (Ferrería) para ir a ver lo de un becerro que nos van a cocinar para los votos que harán el próximo sábado seis de mis hermanos.
Un abrazo a todos,
Lalo
Comentarios