19.04.07
Por Eduardo Anaya Sanromán
Vamos por la vida apurados haciendo cosas y más cosas sin saber para qué.
Nos desgastamos cayendo en la rutina y nos preocupamos más por “tener más” que por “Ser más”.
Muchos hemos hipotecado nuestra paz y nuestra alegría en pos de un sueño económico. Hemos caído en la trampa de dedicarnos al trabajo sin descanso y de estar siempre buscando como obtener más dinero. Nos ha parecido bien sacrificar tiempo con la familia, con nuestros amigos y con nosotros mismos para poder tener mas cosas materiales. Creemos que tener más dinero para darles cosas a una esposa y a los hijos es una forma de demostrar nuestro amor.
Muchos niños ahora adolescentes han crecido solos prácticamente porque su papa y su mama se han dedicado a únicamente a trabajar. La verdad es que un hijo prefiere pasar más tiempo con su papa que el dinero que pueda recibir del mismo. Problemas típicos de la juventud como el alcoholismo o la drogadicción tienen su origen en la falta de atención y de afecto desde la familia.
Cuantos jóvenes que tenían “todo” – materialmente hablando – han decidido terminar con sus vidas suicidándose. Este es un signo muy claro de que los seres humanos estamos hechos para amar y ser amados. Los hijos reclaman naturalmente el amor, la atención y el respeto de sus padres.
El dinero no es la felicidad.
En la carrera por destacar en la sociedad y aparentar riqueza - propia del sistema capitalista - nos hemos ido deshumanizando poco a poco. En este mundo de economías de mercado la competitividad es un principio de vida que no hemos podido subordinar a otros principios humanos fundamentales como la paz, la honestidad, el amor y la armonía en relaciones familiares.
La ambición de tener una casa propia, de comprar un coche o hacer un viaje es algo bueno. Querer superarse es muy válido. El problema comienza cuando el hombre pone por encima de sus seres queridos a las cosas materiales. Cuantos divorcios podrían evitarse si entendiéramos que lo mas importante son las relaciones humanas y no las relaciones con el dinero. Dar mayor importancia al trabajo, a la imagen y a la propia estima provoca que paguemos un alto precio en nuestras vidas como consecuencia del rompimiento de nuestros vínculos con los demás.
El activismo desenfrenado ha demostrado no ser lo mejor para el desarrollo personal. Es necesario hacer pequeños altos en el camino para pensar que es lo que hacemos y para que lo hacemos. Estar todo el día trabajando o haciendo cosas no necesariamente nos hace sentirnos más felices.
Jerarquía de valores.
“Dime como administras tu tiempo y te diré que es lo mas importante para ti”
Cada hombre y mujer debemos buscar conocernos a nosotros mismos para después aceptarnos y finalmente superarnos.
Debemos establecer una jerarquía de valores que contemple: Familia, trabajo, Dios – religión, deporte, cultura, relación con las cosas y los demás ingredientes que consideremos indispensables en nuestra vida.
Y después preguntarme: ¿Qué es lo más importante para mi? Y se recomienda ordenar los diferentes ingredientes del mas importante al menos importante para poder analizar nuestra coherencia de vida y hacer ajustes de ser necesario.
Si nos estamos dando cuenta de que hemos descuidado a nuestra familia y amigos con tal de ganar unos pesos más cada mes, es buen momento para replantear nuestra estrategia y reordenar nuestras prioridades.
Si solo sabemos hablar del trabajo, de política, de la falta de dinero, de los clientes que no pagan, de los proveedores incumplidos, de los compañeros de trabajo deshonestos y de la injusta política de bonos de nuestra empresa, entonces quiere decir que nuestra prioridad principal es el dinero que recibimos en la empresa.
“La boca habla de lo que esta lleno el corazón”.
Es necesario dedicar tiempo a la convivencia familiar para fortalecer nuestra relación con padres y hermanos. También es importante practicar algún deporte o tener alguna afición como la pintura, la escultura, la música. Es muy recomendable participar en algún movimiento religioso o agrupación de acción social. Ayudar a los menos favorecidos y construir juntos nuestra comunidad siempre es satisfactorio.
La vida es más que solo dinero y trabajo. Tenemos que vivir cosas fuera del trabajo para que también sean tema de conversación con nuestros familiares o amigos.
La Planeación es necesaria para alcanzar nuestros objetivos personales.
Para poder vivir en plenitud y no caer en la adicción de lo urgente es necesario establecer nuestros objetivos principales conforme a nuestra jerarquía de valores.
Posteriormente debemos calendarizar en los diferentes meses del año las acciones que nos llevaran a cumplir cada objetivo propuesto.
Debemos crear un programa diario que refleje las actividades que nos permitirán alcanzar los objetivos mensuales o anuales que nos hemos propuesto.
Si no planeamos, si no hacemos un alto para escribir nuestros objetivos, lo más probable es que sigamos por la vida haciendo cosas y probando novedades, pero no tendremos calidad de vida. No seremos felices si no establecemos un calendario con metas concretas para alcanzar nuestros sueños y proyectos.
Eduardo Anaya
eas27@rocketmail.com
Por Eduardo Anaya Sanromán
Vamos por la vida apurados haciendo cosas y más cosas sin saber para qué.
Nos desgastamos cayendo en la rutina y nos preocupamos más por “tener más” que por “Ser más”.
Muchos hemos hipotecado nuestra paz y nuestra alegría en pos de un sueño económico. Hemos caído en la trampa de dedicarnos al trabajo sin descanso y de estar siempre buscando como obtener más dinero. Nos ha parecido bien sacrificar tiempo con la familia, con nuestros amigos y con nosotros mismos para poder tener mas cosas materiales. Creemos que tener más dinero para darles cosas a una esposa y a los hijos es una forma de demostrar nuestro amor.
Muchos niños ahora adolescentes han crecido solos prácticamente porque su papa y su mama se han dedicado a únicamente a trabajar. La verdad es que un hijo prefiere pasar más tiempo con su papa que el dinero que pueda recibir del mismo. Problemas típicos de la juventud como el alcoholismo o la drogadicción tienen su origen en la falta de atención y de afecto desde la familia.
Cuantos jóvenes que tenían “todo” – materialmente hablando – han decidido terminar con sus vidas suicidándose. Este es un signo muy claro de que los seres humanos estamos hechos para amar y ser amados. Los hijos reclaman naturalmente el amor, la atención y el respeto de sus padres.
El dinero no es la felicidad.
En la carrera por destacar en la sociedad y aparentar riqueza - propia del sistema capitalista - nos hemos ido deshumanizando poco a poco. En este mundo de economías de mercado la competitividad es un principio de vida que no hemos podido subordinar a otros principios humanos fundamentales como la paz, la honestidad, el amor y la armonía en relaciones familiares.
La ambición de tener una casa propia, de comprar un coche o hacer un viaje es algo bueno. Querer superarse es muy válido. El problema comienza cuando el hombre pone por encima de sus seres queridos a las cosas materiales. Cuantos divorcios podrían evitarse si entendiéramos que lo mas importante son las relaciones humanas y no las relaciones con el dinero. Dar mayor importancia al trabajo, a la imagen y a la propia estima provoca que paguemos un alto precio en nuestras vidas como consecuencia del rompimiento de nuestros vínculos con los demás.
El activismo desenfrenado ha demostrado no ser lo mejor para el desarrollo personal. Es necesario hacer pequeños altos en el camino para pensar que es lo que hacemos y para que lo hacemos. Estar todo el día trabajando o haciendo cosas no necesariamente nos hace sentirnos más felices.
Jerarquía de valores.
“Dime como administras tu tiempo y te diré que es lo mas importante para ti”
Cada hombre y mujer debemos buscar conocernos a nosotros mismos para después aceptarnos y finalmente superarnos.
Debemos establecer una jerarquía de valores que contemple: Familia, trabajo, Dios – religión, deporte, cultura, relación con las cosas y los demás ingredientes que consideremos indispensables en nuestra vida.
Y después preguntarme: ¿Qué es lo más importante para mi? Y se recomienda ordenar los diferentes ingredientes del mas importante al menos importante para poder analizar nuestra coherencia de vida y hacer ajustes de ser necesario.
Si nos estamos dando cuenta de que hemos descuidado a nuestra familia y amigos con tal de ganar unos pesos más cada mes, es buen momento para replantear nuestra estrategia y reordenar nuestras prioridades.
Si solo sabemos hablar del trabajo, de política, de la falta de dinero, de los clientes que no pagan, de los proveedores incumplidos, de los compañeros de trabajo deshonestos y de la injusta política de bonos de nuestra empresa, entonces quiere decir que nuestra prioridad principal es el dinero que recibimos en la empresa.
“La boca habla de lo que esta lleno el corazón”.
Es necesario dedicar tiempo a la convivencia familiar para fortalecer nuestra relación con padres y hermanos. También es importante practicar algún deporte o tener alguna afición como la pintura, la escultura, la música. Es muy recomendable participar en algún movimiento religioso o agrupación de acción social. Ayudar a los menos favorecidos y construir juntos nuestra comunidad siempre es satisfactorio.
La vida es más que solo dinero y trabajo. Tenemos que vivir cosas fuera del trabajo para que también sean tema de conversación con nuestros familiares o amigos.
La Planeación es necesaria para alcanzar nuestros objetivos personales.
Para poder vivir en plenitud y no caer en la adicción de lo urgente es necesario establecer nuestros objetivos principales conforme a nuestra jerarquía de valores.
Posteriormente debemos calendarizar en los diferentes meses del año las acciones que nos llevaran a cumplir cada objetivo propuesto.
Debemos crear un programa diario que refleje las actividades que nos permitirán alcanzar los objetivos mensuales o anuales que nos hemos propuesto.
Si no planeamos, si no hacemos un alto para escribir nuestros objetivos, lo más probable es que sigamos por la vida haciendo cosas y probando novedades, pero no tendremos calidad de vida. No seremos felices si no establecemos un calendario con metas concretas para alcanzar nuestros sueños y proyectos.
Eduardo Anaya
eas27@rocketmail.com
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