Ir al contenido principal

Los silencios

Por: Alejandro Ridruejo

El silencio, en sus dos modalidades: interior y exterior, es un componente muy importante para poner calma y serenidad en el complejo mundo de emociones y deseos.

El silencio exterior, la paz generada por la ausencia de ruido, se convierte en condición indispensable para la escucha y en la vía de acceso al mundo interior.

El silencio interior, la parada consciente del flujo de pensamientos, sentimientos, de la misma imaginación, incluso el corazón parece detenerse, es un momento privilegiado para dejar expedito el camino para una vida más profunda.

Hay otros silencios: el silencio frío, negativamente elocuente: no hay nada que decir; el silencio vacío indicando aislamiento; el silencio horrible generado por el odio; el silencio de los frustrados que esconde un fracaso. El hombre actual, amante de la libertad, desconoce la disciplina fuera del ámbito de su trabajo; en nuestra civilización está ausente la concentración.

Esto provoca un cierto estado de inmadurez psicológica que se manifiesta por el miedo a quedarse a solas con uno mismo. Estar en silencio, sin beber, leer o fumar, es imposible para la mayor parte de nuestros coetáneos.

El silencio auténtico deja espacios libres para la vida trascendente, para una misión social positiva, para la solidaridad cósmica, colaborando así, eficazmente, en al advenimiento de la civilización del amor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El dinero es buen sirviente y mal amo

El dinero justo. Por Mikel Agirregabiria Tener suerte con el dinero es que nunca falte y que tampoco sobre.Lo preferible es contar con el dinero apropiado, que es ni poco… ni mucho. Ser pobre debe resultar duro, frustrante y limitador, pero también el dinero en abundancia estresa, insensibiliza e idiotiza. El dinero es una bendición para el pobre y una maldición para el avaro. Séneca decía que “La mejor medida para el dinero es aquélla que no deja caer en la pobreza, ni permite alejarse mucho de ella”. Hay que ser suficientemente rico para no verse atormentado por la penuria y suficientemente pobre para conocer el valor del dinero. El dinero es un bien y un mal en sí mismo. El dinero es la llave y la mancha del mundo. El dinero hace falta para ser honrados y para alimentar mantener el cuerpo y el alma. Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae. Jean Paul Getty, el multimillonario que decía que si puedes contar tu dinero no eres un verdaderamente rico, señaló: “Cuando no se ti...

Principio y fundamento Pedro Arrupe

Me dio muchísimo gusto saber noticias tuyas y de tu familia y poderte dedicar estas letras. Te dejo con un texto del Padre Pedro Arrupe, que fue General de la Compañía de Jesús: “No hay nada más práctico que encontrar a Dios. Es decir, enamorarse rotundamente y sin ver atrás. Aquello de lo que te enamores, lo que arrebate tu imaginación, afectará todo. Determinará lo que te haga levantar por la mañana, lo que harás con tus atardeceres, cómo pases tus fines de semana, lo que leas, a quien conozcas, lo que te rompa el corazón, y lo que te llene de asombro con alegría y agradecimiento. Enamórate, permanece enamorado, Y esto lo decidirá todo” Pedro Arrupe. Te quiero mucho, tu hermano en Jesucristo N.S. Lalo

LA DISCIPLINA IGNACIANA

Para descubrir a Dios en todas las cosas y dejarnos llevar por Él en nuestras decisiones, necesitamos una disciplina. Le llamamos “disciplina ignaciana”, porque la retomamos de San Ignacio de Loyola, en la disciplina que propone en sus ejercicios espirituales, para forjar la verdadera libertad que nos conduzca a tomar las mejores decisiones en nuestra vida. Hay tres elementos fundamentales en la disciplina ignaciana: 1. La oración La oración es una disposición interna para descubrir la presencia del Espíritu en nuestra vida y dejarnos conducir por Él, sabiendo que Dios nos guía hacia la vida plena, desde la historia. Hace uso de todos nuestros sentidos para descubrir y experimentar ese Amor presente en todas las cosas. A través de lo que vemos, oímos, olemos, tocamos y sentimos es como Dios se hace presente en nuestro corazón y mueve nuestra voluntad. Para Ignacio de Loyola, Dios es como un trabajador que se esmera en construir un hogar digno para sus hijos e hijas. Dios es algui...