Por Eduardo Anaya Sanroman
12 de abril de 2007
Después de haber escuchado esta mañana un interesante programa de radio que promueve los valores y la superación humana (“Simplemente Adriana”) enumero a continuación una serie de elementos que debemos tomar en cuenta para poder crecer y realizarnos como personas. Es decir, dejar de ser solamente seres humanos para pasar a ser personas realizadas.
Abrirnos a nuevas experiencias.
Es necesario perder el miedo a vivir. El que siempre esta encerrado en si mismo, y no se abre para experimentar nuevos sentimientos y emociones esta perdiendo mucho. No crecerá y su vida será muy aburrida porque no se atreve a abrirse a nuevas y ricas experiencias. Para trascender hay que lanzarse. Para aprender debemos experimentar. El que se queda estancado en su zona de confort esta mutilando su felicidad.
Algunas ideas para experimentar y crecer pueden ser:
- Llámale a ese amigo de la infancia que hace tanto tiempo no has visto.
- Salta de un puente a un río o presa.
- Habla con tu abuelo o abuela y pregúntale como era la vida en sus tiempos.
- Ve con tu hijo o con tu hermano a jugar fútbol.
- Organiza y vive un campamento de fin de semana con tus amigos.
- Nada en una presa con el agua helada mientras alguien te cuida en lancha.
- Visita a ese vecino enfermo de tu colonia.
- Corre una carrera o un maratón.
- Anímate a hablar con esa chica (o) que te atrae de la escuela o la oficina.
- Siembra un árbol.
- Lleva flores a tu madre y esposa.
- Ve al teatro o al cine a ver lo que siempre dices que no te gusta.
- Inscríbete en clases de pintura o de baile.
Los puntos anteriores son una forma de abrirse a nuevas experiencias. Esto nos ayuda a sentirnos vivos y ser mejores personas.
Vivir el ahora.
Muchas personas viven del pasado. Están constantemente recordando lo que hicieron o dejaron hacer. Muchos se arrepienten todos los días de lo que han hecho o se lamentan por el daño que les hicieron otras personas. Vivir así es como caminar siempre cargando con 50 kilos de piedras. Recordemos aquella famosa canción de Jose Jose que dice “Ya lo pasado pasado… No me interesa”, y tratemos de vivir libres de las cadenas del ayer. Vivir el ahora es vivir en paz.
Hay otros que están tan preocupados por el futuro que no disfrutan el momento presente. Solo hablan de pendientes, de sus nuevas ideas y de proyectos, de la situación del mercado, pero no viven plenamente su presente, y muchas veces no ponen los medios para aterrizar sus ideas en hechos concretos.
Los que viven del futuro están hipotecando su felicidad. No se permiten disfrutar de cada día porque se han programado para ser felices y esperan serlo hasta que alcancen algún objetivo (terminar una carrera, tener una novia, casarse, trabajar en alguna empresa, comprar su coche, casa, viajar a tal lugar, etc) Esperamos ser felices hasta una de las cosas anteriores ocurra y pensamos que mientras no llegue el día o no tengamos lo que deseamos no seremos felices. (auto programación destructiva). ¿A quien no le ha pasado que espera una fecha o acontecimiento especial para por fin “ser feliz” y el día se llega y esta contento ese día, pero cuando pasa se queda como insatisfecho y defraudados? Esta es la consecuencia práctica de poner nuestra felicidad en algo que sucederá en el futuro. Por eso es importante vivir cada momento como si fuera el último porque nadie tiene la vida comprada.
Nadie sabe el día ni la hora en que morirá, así que lo más conveniente es aplicarnos a fondo en lo que hemos decidido hacer cada día, y vivir al 100% cada segundo. Recuerda que lo que no hagas tu mismo nadie lo hará por ti y que una sonrisa hoy vale más que mañana. Valoremos el hoy y el ahora porque no somos dueños ni siquiera del siguiente minuto de nuestra existencia. Cada día es un milagro, esa es la verdad.
Confianza en Dios, en uno mismo y en los demás.
Nadie controla su vida totalmente. Quien diga que tiene todas las áreas de su vida bajo control miente. Es necesario entender que el hecho de querer controlar nuestro presente y nuestro futuro solo crea más insatisfacciones y frustraciones.
Dejemos que la vida tome su ritmo, y actuemos poniendo los medios para lograr lo que nos hemos propuesto. (pero no nos preocupemos tanto si las cosas no salen como las planeamos originalmente).
Debemos confiar. Muchos hombres y mujeres viven constantemente preocupados por lo que las personas les pueden hacer o por lo que pasara mañana. Los noticieros y la prensa amarillista han bombardeado tanto nuestra mente que poco a poco vamos cediendo para creer los demás nos quieren hacer daño. Creemos que en cualquier momento alguien nos va a traicionar, a criticar o a robar.
Recordemos que el ser humano tiene grabado en su corazón un llamado a la vida, al respeto y a la libertad. Es mejor pensar que nadie te quiere robar, traicionar o matar. La historia demuestra que la vida es un espejo. Y que eso que nosotros damos es lo que después recibiremos.
Generalmente todos maximizamos nuestros problemas y esto nos trae consecuencias físicas y psicológicas. (dolores de cabeza, tensión muscular, insomnio, paranoia, histeria y otros padecimientos).
Dios tiene un momento para cada uno de nosotros. Dejemos que El que es nuestro Padre nos vaya indicando el camino para ser cada vez más felices.
Vivir en Libertad.
Es necesario ser hombres y mujeres libres para ser mejores personas. La libertad es un elemento fundamental para ser persona. Esta libertad que hoy se confunde tanto con el libertinaje. El hedonismo y materialismo característicos de nuestra sociedad contemporánea aprovechando los medios de comunicación han contribuido para que muchos tengan una falsa concepción de la libertad y en realidad lo que viven es el libertinaje.
De hecho el libertinaje es todo lo contrario a la libertad. La libertad es asumir la responsabilidad de lo que pienso, de lo que digo y de lo que hago. El libertinaje es hacer las cosas por instinto, dejándome guiar por las vísceras. La persona que es libre asume en totalmente las consecuencias de sus actos. La persona que es libertina es esclavo de sus instintos y sus emociones primarias (animales).
Reflexión y Evaluación
Una persona no puede estar constantemente en acción. Trabajo, familia, trabajo familia, trabajo, familia… Es necesario que hagamos “altos” en nuestra vida de cuando en cuando. Yo diría que hay varios tipos de “altos” o “paradas” (unos más cortos y prácticos y otros más largos y profundos) pero todos cumplen con la misma función: la reflexión y la evaluación de nuestro caminar para ser mejores personas.
Es fundamental que cada día nos dediquemos por lo menos 15 o 20 minutos para la reflexión personal. Para el creyente la oración es un alimento indispensable y se puede aprovechar este momento para reflexionar frente a Dios sobre nuestra vida. Para los no creyentes bastara con que realicen una introspección y evalúen como van según sus propósitos. Esto nos ayuda a encontrar el sentido a lo que hacemos y nos permite vivir con mayor integración y equilibrio todas las áreas de la vida.
“El conocimiento no debe ser un fin por si mismo, sino mas bien un medio para buscar la verdad y la sabiduría”
Manuel Cadena
12 de abril de 2007
Después de haber escuchado esta mañana un interesante programa de radio que promueve los valores y la superación humana (“Simplemente Adriana”) enumero a continuación una serie de elementos que debemos tomar en cuenta para poder crecer y realizarnos como personas. Es decir, dejar de ser solamente seres humanos para pasar a ser personas realizadas.
Abrirnos a nuevas experiencias.
Es necesario perder el miedo a vivir. El que siempre esta encerrado en si mismo, y no se abre para experimentar nuevos sentimientos y emociones esta perdiendo mucho. No crecerá y su vida será muy aburrida porque no se atreve a abrirse a nuevas y ricas experiencias. Para trascender hay que lanzarse. Para aprender debemos experimentar. El que se queda estancado en su zona de confort esta mutilando su felicidad.
Algunas ideas para experimentar y crecer pueden ser:
- Llámale a ese amigo de la infancia que hace tanto tiempo no has visto.
- Salta de un puente a un río o presa.
- Habla con tu abuelo o abuela y pregúntale como era la vida en sus tiempos.
- Ve con tu hijo o con tu hermano a jugar fútbol.
- Organiza y vive un campamento de fin de semana con tus amigos.
- Nada en una presa con el agua helada mientras alguien te cuida en lancha.
- Visita a ese vecino enfermo de tu colonia.
- Corre una carrera o un maratón.
- Anímate a hablar con esa chica (o) que te atrae de la escuela o la oficina.
- Siembra un árbol.
- Lleva flores a tu madre y esposa.
- Ve al teatro o al cine a ver lo que siempre dices que no te gusta.
- Inscríbete en clases de pintura o de baile.
Los puntos anteriores son una forma de abrirse a nuevas experiencias. Esto nos ayuda a sentirnos vivos y ser mejores personas.
Vivir el ahora.
Muchas personas viven del pasado. Están constantemente recordando lo que hicieron o dejaron hacer. Muchos se arrepienten todos los días de lo que han hecho o se lamentan por el daño que les hicieron otras personas. Vivir así es como caminar siempre cargando con 50 kilos de piedras. Recordemos aquella famosa canción de Jose Jose que dice “Ya lo pasado pasado… No me interesa”, y tratemos de vivir libres de las cadenas del ayer. Vivir el ahora es vivir en paz.
Hay otros que están tan preocupados por el futuro que no disfrutan el momento presente. Solo hablan de pendientes, de sus nuevas ideas y de proyectos, de la situación del mercado, pero no viven plenamente su presente, y muchas veces no ponen los medios para aterrizar sus ideas en hechos concretos.
Los que viven del futuro están hipotecando su felicidad. No se permiten disfrutar de cada día porque se han programado para ser felices y esperan serlo hasta que alcancen algún objetivo (terminar una carrera, tener una novia, casarse, trabajar en alguna empresa, comprar su coche, casa, viajar a tal lugar, etc) Esperamos ser felices hasta una de las cosas anteriores ocurra y pensamos que mientras no llegue el día o no tengamos lo que deseamos no seremos felices. (auto programación destructiva). ¿A quien no le ha pasado que espera una fecha o acontecimiento especial para por fin “ser feliz” y el día se llega y esta contento ese día, pero cuando pasa se queda como insatisfecho y defraudados? Esta es la consecuencia práctica de poner nuestra felicidad en algo que sucederá en el futuro. Por eso es importante vivir cada momento como si fuera el último porque nadie tiene la vida comprada.
Nadie sabe el día ni la hora en que morirá, así que lo más conveniente es aplicarnos a fondo en lo que hemos decidido hacer cada día, y vivir al 100% cada segundo. Recuerda que lo que no hagas tu mismo nadie lo hará por ti y que una sonrisa hoy vale más que mañana. Valoremos el hoy y el ahora porque no somos dueños ni siquiera del siguiente minuto de nuestra existencia. Cada día es un milagro, esa es la verdad.
Confianza en Dios, en uno mismo y en los demás.
Nadie controla su vida totalmente. Quien diga que tiene todas las áreas de su vida bajo control miente. Es necesario entender que el hecho de querer controlar nuestro presente y nuestro futuro solo crea más insatisfacciones y frustraciones.
Dejemos que la vida tome su ritmo, y actuemos poniendo los medios para lograr lo que nos hemos propuesto. (pero no nos preocupemos tanto si las cosas no salen como las planeamos originalmente).
Debemos confiar. Muchos hombres y mujeres viven constantemente preocupados por lo que las personas les pueden hacer o por lo que pasara mañana. Los noticieros y la prensa amarillista han bombardeado tanto nuestra mente que poco a poco vamos cediendo para creer los demás nos quieren hacer daño. Creemos que en cualquier momento alguien nos va a traicionar, a criticar o a robar.
Recordemos que el ser humano tiene grabado en su corazón un llamado a la vida, al respeto y a la libertad. Es mejor pensar que nadie te quiere robar, traicionar o matar. La historia demuestra que la vida es un espejo. Y que eso que nosotros damos es lo que después recibiremos.
Generalmente todos maximizamos nuestros problemas y esto nos trae consecuencias físicas y psicológicas. (dolores de cabeza, tensión muscular, insomnio, paranoia, histeria y otros padecimientos).
Dios tiene un momento para cada uno de nosotros. Dejemos que El que es nuestro Padre nos vaya indicando el camino para ser cada vez más felices.
Vivir en Libertad.
Es necesario ser hombres y mujeres libres para ser mejores personas. La libertad es un elemento fundamental para ser persona. Esta libertad que hoy se confunde tanto con el libertinaje. El hedonismo y materialismo característicos de nuestra sociedad contemporánea aprovechando los medios de comunicación han contribuido para que muchos tengan una falsa concepción de la libertad y en realidad lo que viven es el libertinaje.
De hecho el libertinaje es todo lo contrario a la libertad. La libertad es asumir la responsabilidad de lo que pienso, de lo que digo y de lo que hago. El libertinaje es hacer las cosas por instinto, dejándome guiar por las vísceras. La persona que es libre asume en totalmente las consecuencias de sus actos. La persona que es libertina es esclavo de sus instintos y sus emociones primarias (animales).
Reflexión y Evaluación
Una persona no puede estar constantemente en acción. Trabajo, familia, trabajo familia, trabajo, familia… Es necesario que hagamos “altos” en nuestra vida de cuando en cuando. Yo diría que hay varios tipos de “altos” o “paradas” (unos más cortos y prácticos y otros más largos y profundos) pero todos cumplen con la misma función: la reflexión y la evaluación de nuestro caminar para ser mejores personas.
Es fundamental que cada día nos dediquemos por lo menos 15 o 20 minutos para la reflexión personal. Para el creyente la oración es un alimento indispensable y se puede aprovechar este momento para reflexionar frente a Dios sobre nuestra vida. Para los no creyentes bastara con que realicen una introspección y evalúen como van según sus propósitos. Esto nos ayuda a encontrar el sentido a lo que hacemos y nos permite vivir con mayor integración y equilibrio todas las áreas de la vida.
“El conocimiento no debe ser un fin por si mismo, sino mas bien un medio para buscar la verdad y la sabiduría”
Manuel Cadena
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