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¿El alma como el agua, es un espejo?

Por Eduardo Anaya Sanromán

Si. El alma como el agua es un espejo porque el alma refleja lo que somos. El alma es la existencia más profunda de nuestro ser. El alma es naturaleza inmaterial, es nuestro espíritu y es lo más íntimo del hombre y de la mujer. La conciencia habla desde el alma. La conciencia es reflejo del alma. Los hombres podemos actuar con alma o sin alma. Desalmados llaman a los que asesinan y violan. Por el contrario quien actúa con virtud, actúa desde el alma, porque escucha a su conciencia, y obra con libertad y verdad.

Cuando alguien hace las cosas bien hechas dicen: “lo hizo con toda el alma”. Por eso el alma es un espejo. Si yo digo: “Canté con toda el alma” significa que lo hice desde lo más profundo de mi ser, con todas mis fuerzas, con todo mi entusiasmo y mi talento.

De una persona que siempre esta atenta a las necesidades de los demás y que ayuda a quien se lo solicita se dice: “es un alma de Dios” porque practica la caridad. Dios es amor, y un alma de Dios es aquella que vive conforme al amor de Dios y que se entrega por los demás.

Algunos pueden fingir externamente ser algo que no son, y lo lograrán por un rato, pero el tiempo siempre acabará sacando a la luz la verdad del alma de cada persona.

Dos almas sencillas y transparentes se comunican casi en automático, casi sin palabras. El término “almas gemelas” obedece a una realidad idealista en la que destaca la gran similitud de intereses y objetivos que tienen dos personas. Quien comparte sentimientos, pensamientos y busca lo mismo en la vida que otra persona, sea familiar, pareja o amigo, refleja como espejo el alma del otro. En la amistad las almas son espejo porque el verdadero amigo busca el bien del otro tanto como su propio bien. En el amor de pareja el alma es un espejo porque el verdadero amante se entrega al otro sin reservas.

Eduardo Anaya Sanromán

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