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Visita a Cd. del Carmen Campeche

10 marzo 08


Hoy viajé con Manuel a Cd del Carmén, Campeche. Salimos a las 7:30 am en el autobus de segunda tirándole a tercera. Hicimos varias escalas, la mas tardada en Frontera.



Llegando recorrimos a pie todo el malecón hasta el mercado. Después de caminar por el centro nos fuimos a una terminal de combis para ir a “Isla Aguada” a 46 km de Cd del Carmen. Estando allí corrimos por la playa sobre la arena hecha de conchas molidas. Una arena blanca que el rompimiento de las olas, la corriente y el viento fueron creando con los años. Manuel me reto en una carrera. Fueron 200 metros a toda velocidad. Hice mi mejor esfuerzo hasta la gaviota – meta y le gané más por condición que por piernas.



Nadamos en el agua fría del golfo de México y conversamos muy agusto. Experimenté un momento de mucha paz en uno de los largos silencios que hicimos sin planear. Me recosté sobre la arena después de recordar los ejercicios de calentamiento de tkd. Las olas me golpeaban suavemente los tobillos y luego subían hasta mi espalda y nuca abrazándome completo. Fue un masaje muy placentero, me sentí apapachado y amado por Dios.






El constante ir y venir de las olas me fue relajando hasta llegar al punto de dormirme, pero en eso, una fuerte ola trono y entró con fuerza a la playa salpicándome totalmente y mojando toda mi espalda, cuando casi se había secado. Y así, luego se iban las olas, venían momentos de paz, y de pronto, intempestivamente volvía a empaparme otra cola con el agua fría. Esto se repitió unas diez veces.






Manuel cantaba mientras yo trataba de relajarme. Le agradecí mucho a Dios la oportunidad de haber podido llegar a esta playa de arena blanca y de agua azúl clara. Mi primera vez en el estado de Campeche, y tal vez, la última. Nunca se sabe.



Estuvimos conviviendo y disfrutando de “Punta perla” de las 3 a las 5 pm. Nos tomamos algunas fotos teniendo como testigos un precioso cielo azul y un sol que empezaba a descender. Me siento contento y agradecido por la vida, la salud, y esos momentos tan bellos de soledad e intimidad orante frente al golfo.




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