22 de marzo de 2008
El otro día vinieron a VHSA mis tíos Rene y Tere, con mis primos. Son una familia muy unida. Mis tíos han educado a sus hijos en el amor y la responsabilidad. Dios ha estado con ellos siempre igual que con toda la familia.
Me llené de mucha alegría cuando mi tío me dijo: “De pronto todos los primos se pusieron a hacer apostolado” refiriéndose a Enrique – que entró al noviciado y esta en Alemania, con los Legionarios de Cristo -; A Eduardo – que comenzó recientemente con el grupo “Fraternidad de líderes cristianos” en Lagos (Fundado por P. Poncho, Misionero del Espíritu Santo); y a mi, que entré en Agosto de 2007 al prenoviciado Jesuita. Me dió mucho gusto cuando me contó que hace algunas semanas llevaron a más de 50 chav@s a León para que conocieran al grupo de allá.
Agradezco a Dios la oportunidad de poder servirlo y la bendición de haber nacido en medio de esta familia que ha dado frutos - y los seguirá dando -, para la Gloria de Dios. Creo que la oración, intercesión y el ejemplo que nos dieron mis abuelitos Marta y Chema son la semilla de estas esperanzas.
El otro día vinieron a VHSA mis tíos Rene y Tere, con mis primos. Son una familia muy unida. Mis tíos han educado a sus hijos en el amor y la responsabilidad. Dios ha estado con ellos siempre igual que con toda la familia.
Me llené de mucha alegría cuando mi tío me dijo: “De pronto todos los primos se pusieron a hacer apostolado” refiriéndose a Enrique – que entró al noviciado y esta en Alemania, con los Legionarios de Cristo -; A Eduardo – que comenzó recientemente con el grupo “Fraternidad de líderes cristianos” en Lagos (Fundado por P. Poncho, Misionero del Espíritu Santo); y a mi, que entré en Agosto de 2007 al prenoviciado Jesuita. Me dió mucho gusto cuando me contó que hace algunas semanas llevaron a más de 50 chav@s a León para que conocieran al grupo de allá.
Agradezco a Dios la oportunidad de poder servirlo y la bendición de haber nacido en medio de esta familia que ha dado frutos - y los seguirá dando -, para la Gloria de Dios. Creo que la oración, intercesión y el ejemplo que nos dieron mis abuelitos Marta y Chema son la semilla de estas esperanzas.
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