Aguascalientes, Ags a 7 de Diciembre de 2006
Sobre la Película de LA VIRGEN DE GUADALUPE a 475 años
de sus apariciones en el Tepeyac.
Por Eduardo Anaya Sanroman
Cientos de personas unidos para producir un filme que nos recuerda quienes somos y nos invita a conocer más a la gran intercesora que tenemos ante el Creador.
Acabo de ver la película “GUADALUPE”. Es un gusto enorme para mi el constatar que hay mujeres y hombres que ponen su empeño y sus talentos al servicio de los demás a través del Cine. (Una de las bellas artes que más influye en nuestra sociedad contemporánea).
Agradezco a los autores intelectuales y materiales que inspirados por el Espíritu decidieron producir tan maravilloso rodaje.
La película me hizo reflexionar sobre el tesoro de mi Fe como católico, sobre la herencia milenaria de los pueblos indígenas (que siguen siendo lesionados en sus derechos) sobre la búsqueda de la verdad…
Un Arqueólogo, el protagonista, buscaba algo profundo, quería saber que paso en su infancia, que fue de sus padres, y simultáneamente buscaba su Fe, esa conexión interior con su esencia de cristiano que había estado sepultada y escondida durante tantos años.
Podemos ver como la presencia maternal de la Virgen Maria de Guadalupe en la vida de los protagonistas fue abriéndoles los ojos y les fue descubriendo el gran amor que les tenia e invitándolos a rendirse ante Cristo.
Al ver la película queda claro que ni las ciencias, las filosofías, o las teorías humanas pueden llegar a entender el misterio del Amor de Dios. Ninguna ideología o avance tecnológico – científico puede aproximarse a la manifestación de la Verdad única de la Misericordia de Dios que se nos revela a través de su madre, La Virgen Maria, al haber escogido nuestra Tierra para traernos un mensaje de Unidad, de Paz y de Amor.
Millones de seres humanos razonaremos, pensaremos, estudiaremos y nos romperemos la cabeza para conocer las causas, los orígenes, la dimensión, el peso de los hechos del Acontecimiento Guadalupano (o las demás apariciones de la Virgen en diferentes países) pero no encontraremos razones científicas, porque en el campo del Amor de Dios no hay leyes ni tratados, tarde o temprano, como el Arqueólogo de la película, caeremos vencidos ante la Infinita Misericordia de Dios al no comprobar nuestras hipótesis previas. Solo en la medida en que nuestro corazón se abre al Amor aprenderemos cosas nuevas y seremos mejores personas.
Seremos mujeres y hombres más felices solo en la medida en que decidamos libremente abrir los ojos del corazón y ejercitar el tesoro de nuestra Fe en la realidad presente. Solo en la aplicación coherente de nuestros valores y virtudes humanas universales a las obras de cada día conseguiremos la certeza de andar por buen camino y al final descubriremos la majestuosidad y la infinitud gloriosa de lo que nos espera en la verdadera vida.
Un aplauso y muchos más para todas aquellas personas de buena voluntad que participaron en la película de “Guadalupe” porque con su trabajo y esfuerzo están tocando las fibras más sensibles de las almas de miles de mexicanos y extranjeros, de chicos y grandes, de humildes y soberbios.
Espero que tú que lees estas líneas reflexiones sobre el inmenso don de ser Hijo de Maria de Guadalupe, la Madre del verdadero Dios por quien se vive, Somos hijos de México y testigos de una renovación social profunda.
La Virgen unió en aquel tiempo a dos culturas totalmente opuestas y lo hizo para que fuéramos más humanos, anunciándonos la presencia de su Hijo Jesucristo en nuestra historia. Así como entonces, hoy la Virgen Maria puede llegar a hacer que las diferencias de nuestra clase política puedan conciliarse para sentar las bases de un México mejor. Y así también la Virgen puede hacer que tú y yo cambiemos de rumbo, que realicemos conquistas nunca pensadas al cambiar nuestra forma de vivir, integrando los profundos gemidos de nuestro espíritu a las acciones propias de nuestro estado de vida. La Virgen es Madre y Maestra. Ella nos impulsa a luchar y seguir adelante.
Ella sufrió por lo que más amaba y supo aguantar con paciencia y fortaleza todas las vejaciones de su tiempo, y lo mas duro, presenciar la muerte de su Hijo Jesus.
Aprendamos de ella a darle un sentido a nuestros sufrimientos siendo alegres y entregados en nuestras vidas a la causa de Cristo.
La película “Guadalupe” podría no ser la más taquillera de los últimos tiempos. Pero lo que es un hecho, es que influirá positivamente en todas las personas que la vean.
Eduardo Anaya
eas27@rocketmail.com
Sobre la Película de LA VIRGEN DE GUADALUPE a 475 años
de sus apariciones en el Tepeyac.
Por Eduardo Anaya Sanroman
Cientos de personas unidos para producir un filme que nos recuerda quienes somos y nos invita a conocer más a la gran intercesora que tenemos ante el Creador.
Acabo de ver la película “GUADALUPE”. Es un gusto enorme para mi el constatar que hay mujeres y hombres que ponen su empeño y sus talentos al servicio de los demás a través del Cine. (Una de las bellas artes que más influye en nuestra sociedad contemporánea).
Agradezco a los autores intelectuales y materiales que inspirados por el Espíritu decidieron producir tan maravilloso rodaje.
La película me hizo reflexionar sobre el tesoro de mi Fe como católico, sobre la herencia milenaria de los pueblos indígenas (que siguen siendo lesionados en sus derechos) sobre la búsqueda de la verdad…
Un Arqueólogo, el protagonista, buscaba algo profundo, quería saber que paso en su infancia, que fue de sus padres, y simultáneamente buscaba su Fe, esa conexión interior con su esencia de cristiano que había estado sepultada y escondida durante tantos años.
Podemos ver como la presencia maternal de la Virgen Maria de Guadalupe en la vida de los protagonistas fue abriéndoles los ojos y les fue descubriendo el gran amor que les tenia e invitándolos a rendirse ante Cristo.
Al ver la película queda claro que ni las ciencias, las filosofías, o las teorías humanas pueden llegar a entender el misterio del Amor de Dios. Ninguna ideología o avance tecnológico – científico puede aproximarse a la manifestación de la Verdad única de la Misericordia de Dios que se nos revela a través de su madre, La Virgen Maria, al haber escogido nuestra Tierra para traernos un mensaje de Unidad, de Paz y de Amor.
Millones de seres humanos razonaremos, pensaremos, estudiaremos y nos romperemos la cabeza para conocer las causas, los orígenes, la dimensión, el peso de los hechos del Acontecimiento Guadalupano (o las demás apariciones de la Virgen en diferentes países) pero no encontraremos razones científicas, porque en el campo del Amor de Dios no hay leyes ni tratados, tarde o temprano, como el Arqueólogo de la película, caeremos vencidos ante la Infinita Misericordia de Dios al no comprobar nuestras hipótesis previas. Solo en la medida en que nuestro corazón se abre al Amor aprenderemos cosas nuevas y seremos mejores personas.
Seremos mujeres y hombres más felices solo en la medida en que decidamos libremente abrir los ojos del corazón y ejercitar el tesoro de nuestra Fe en la realidad presente. Solo en la aplicación coherente de nuestros valores y virtudes humanas universales a las obras de cada día conseguiremos la certeza de andar por buen camino y al final descubriremos la majestuosidad y la infinitud gloriosa de lo que nos espera en la verdadera vida.
Un aplauso y muchos más para todas aquellas personas de buena voluntad que participaron en la película de “Guadalupe” porque con su trabajo y esfuerzo están tocando las fibras más sensibles de las almas de miles de mexicanos y extranjeros, de chicos y grandes, de humildes y soberbios.
Espero que tú que lees estas líneas reflexiones sobre el inmenso don de ser Hijo de Maria de Guadalupe, la Madre del verdadero Dios por quien se vive, Somos hijos de México y testigos de una renovación social profunda.
La Virgen unió en aquel tiempo a dos culturas totalmente opuestas y lo hizo para que fuéramos más humanos, anunciándonos la presencia de su Hijo Jesucristo en nuestra historia. Así como entonces, hoy la Virgen Maria puede llegar a hacer que las diferencias de nuestra clase política puedan conciliarse para sentar las bases de un México mejor. Y así también la Virgen puede hacer que tú y yo cambiemos de rumbo, que realicemos conquistas nunca pensadas al cambiar nuestra forma de vivir, integrando los profundos gemidos de nuestro espíritu a las acciones propias de nuestro estado de vida. La Virgen es Madre y Maestra. Ella nos impulsa a luchar y seguir adelante.
Ella sufrió por lo que más amaba y supo aguantar con paciencia y fortaleza todas las vejaciones de su tiempo, y lo mas duro, presenciar la muerte de su Hijo Jesus.
Aprendamos de ella a darle un sentido a nuestros sufrimientos siendo alegres y entregados en nuestras vidas a la causa de Cristo.
La película “Guadalupe” podría no ser la más taquillera de los últimos tiempos. Pero lo que es un hecho, es que influirá positivamente en todas las personas que la vean.
Eduardo Anaya
eas27@rocketmail.com
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