31.01.07
Por Eduardo Anaya Sanroman
El hombre sin esperanza es un muerto en vida porque la esperanza es el oxigeno del alma.
No hay problema, dolor, enfermedad, incertidumbre o prueba que se pueda superar sin la Esperanza. La Esperanza es la capacidad de conocer y aceptar nuestras circunstancias (sean buenas o malas) poner lo que esta de nuestra parte y saber que vendrán cosas mejores.
La Esperanza es una cualidad inherente al ser humano. Todos los seres humanos nacemos con gramos de Esperanza, unos con más otros con menos. Pero todos nacemos y crecemos con Esperanza. Los niveles van cambiando, y las circunstancias a veces casi provocan que la perdamos. Sin embargo, - irónicamente - esos momentos duros, esas oscuridades en las que casi perdimos la Esperanza, son experiencias que al ser superadas nos fortalecen sobremanera y aumentan nuestra Esperanza. Es una realidad de la vida el hecho de que cada vez que pasamos una tormenta salimos más preparados para enfrentar la siguiente.
La Esperanza es un don espiritual, porque la recibimos junto con nuestros demás dones espirituales como son la inteligencia y la voluntad.
El hombre de Fe, que cuida la vida del espíritu, es capaz de percibir la Esperanza como una realidad presente en todos los días de su vida. Y el hombre de Esperanza sabe que lo que sucede tiene un sentido, un para que…
Cuidar la Esperanza
La Esperanza también es una virtud, en el sentido de que el hombre puede libremente trabajar en su mina de Esperanza, procurar vivir con ella y acrecentarla a través del Amor o hacerla a un lado para vivir desesperanzado. Por eso es importante cuidar la Esperanza, ya que es la fuente de la que viene la resistencia y la voluntad para seguir adelante.
Debemos cuidarnos de los pensamientos negativos porque estos nos llevan a la tristeza, y la tristeza nos llevara a la desesperanza. Una persona no puede durar mucho tiempo sin Esperanza, si una persona deja que la depresión lo tome por sorpresa y no ha desarrollado el músculo de la Esperanza, puede haber problemas serios. Esto lo comprobamos con los índices de suicidio y depresión que arrojan diferentes estudios. Contrario a lo que muchos pudieran pensar, en relación a que la persona con más satisfactores materiales es más feliz; se ha comprobado que no es verdad, ya que en países y sociedades con todas sus necesidades materiales cubiertas, los índices de depresión (desesperanza) y suicidio se han incrementado en los últimos 10 años. Los suicidios, por cierto, ya superan en España al número de víctimas por accidentes de tráfico
Todos tenemos buenos y malos ratos, la clave esta en que cuando vengan las pruebas y las dificultades, seamos concientes de los tesoros que guardamos en nuestro corazón, dones como la Esperanza, la Fe y el Amor. Cuidemos nuestra Esperanza para no caer en la Depresión.
El Amor y el servicio a los demás es un excelente ejercicio para fortalecer nuestra Esperanza, que nos ayudara a enfrentar cualquier vendaval y a iluminar nuestra vida y las vidas de los que nos rodean al ver que nosotros, a pesar de todo, seguimos luchando, viviendo alegres y esperanzados.
Eduardo Anaya
eas27@rocketmail.com
Por Eduardo Anaya Sanroman
El hombre sin esperanza es un muerto en vida porque la esperanza es el oxigeno del alma.
No hay problema, dolor, enfermedad, incertidumbre o prueba que se pueda superar sin la Esperanza. La Esperanza es la capacidad de conocer y aceptar nuestras circunstancias (sean buenas o malas) poner lo que esta de nuestra parte y saber que vendrán cosas mejores.
La Esperanza es una cualidad inherente al ser humano. Todos los seres humanos nacemos con gramos de Esperanza, unos con más otros con menos. Pero todos nacemos y crecemos con Esperanza. Los niveles van cambiando, y las circunstancias a veces casi provocan que la perdamos. Sin embargo, - irónicamente - esos momentos duros, esas oscuridades en las que casi perdimos la Esperanza, son experiencias que al ser superadas nos fortalecen sobremanera y aumentan nuestra Esperanza. Es una realidad de la vida el hecho de que cada vez que pasamos una tormenta salimos más preparados para enfrentar la siguiente.
La Esperanza es un don espiritual, porque la recibimos junto con nuestros demás dones espirituales como son la inteligencia y la voluntad.
El hombre de Fe, que cuida la vida del espíritu, es capaz de percibir la Esperanza como una realidad presente en todos los días de su vida. Y el hombre de Esperanza sabe que lo que sucede tiene un sentido, un para que…
Cuidar la Esperanza
La Esperanza también es una virtud, en el sentido de que el hombre puede libremente trabajar en su mina de Esperanza, procurar vivir con ella y acrecentarla a través del Amor o hacerla a un lado para vivir desesperanzado. Por eso es importante cuidar la Esperanza, ya que es la fuente de la que viene la resistencia y la voluntad para seguir adelante.
Debemos cuidarnos de los pensamientos negativos porque estos nos llevan a la tristeza, y la tristeza nos llevara a la desesperanza. Una persona no puede durar mucho tiempo sin Esperanza, si una persona deja que la depresión lo tome por sorpresa y no ha desarrollado el músculo de la Esperanza, puede haber problemas serios. Esto lo comprobamos con los índices de suicidio y depresión que arrojan diferentes estudios. Contrario a lo que muchos pudieran pensar, en relación a que la persona con más satisfactores materiales es más feliz; se ha comprobado que no es verdad, ya que en países y sociedades con todas sus necesidades materiales cubiertas, los índices de depresión (desesperanza) y suicidio se han incrementado en los últimos 10 años. Los suicidios, por cierto, ya superan en España al número de víctimas por accidentes de tráfico
Todos tenemos buenos y malos ratos, la clave esta en que cuando vengan las pruebas y las dificultades, seamos concientes de los tesoros que guardamos en nuestro corazón, dones como la Esperanza, la Fe y el Amor. Cuidemos nuestra Esperanza para no caer en la Depresión.
El Amor y el servicio a los demás es un excelente ejercicio para fortalecer nuestra Esperanza, que nos ayudara a enfrentar cualquier vendaval y a iluminar nuestra vida y las vidas de los que nos rodean al ver que nosotros, a pesar de todo, seguimos luchando, viviendo alegres y esperanzados.
Eduardo Anaya
eas27@rocketmail.com
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