Por: Cl. Juan Carlos Espinoza González, ssp
Algunas veces confundimos el oír con el escuchar. Oír se puede definir como la forma de no poner toda nuestra atención en algún mensaje que deberíamos recibir bien...
Oír se puede definir como la forma de no poner toda nuestra atención en algún mensaje que deberíamos recibir bien, pero que por ciertas situaciones no lo hacemos; por ejemplo ciertos jóvenes ahora dicen: “Voy a mi cuarto a oír música”, el término es muy genérico pareciera que la importancia de poner toda nuestra atención en el que habla es relativo, oigo pero estoy pensando en otras cosas, por lo tanto estoy en actitud de recepción del mensaje, pero hago por no entenderte, no meterme en tu rollo, estoy ahí frente a una persona, radiorreceptor, televisión, cualquier forma de emisión de mensajes, pero no pongo atención en nada.
Lo mismo sucede con los alumnos que dicen que van a clases, están en el aula, pero no ponen atención a las clases, lo que posteriormente les traerá serias consecuencias. Por el contrario, escuchar significa poner todos nuestros sentidos atentos a quien nos envía un mensaje, una señal, un golpe, una nota musical, una letra, una imagen, un buen bocado.
A escuchar se aprende. Podríamos partir desde la postura corporal, cómo escucho, si es persona ¿lo miro a los ojos? ¿entiendo su lenguaje corporal y de las palabras?; en cambio si es un medio de comunicación mi actitud crítica debe ser más atenta.
Todo lo que nos rodea nos habla, aunque sean objetos o cosas de la misma naturaleza, pero ya muy pocas veces los escuchamos, porque estamos muy ensimismados con nosotros mismos. Cada día propongámonos concentrarnos desde que nos levantamos y escuchemos con atención nuestra propia persona, los que me rodean, las plantas, los animales, el agua; disfrutemos y vivamos en armonía con nuestro mundo escuchando lo que nos rodea.
Algunas veces confundimos el oír con el escuchar. Oír se puede definir como la forma de no poner toda nuestra atención en algún mensaje que deberíamos recibir bien...
Oír se puede definir como la forma de no poner toda nuestra atención en algún mensaje que deberíamos recibir bien, pero que por ciertas situaciones no lo hacemos; por ejemplo ciertos jóvenes ahora dicen: “Voy a mi cuarto a oír música”, el término es muy genérico pareciera que la importancia de poner toda nuestra atención en el que habla es relativo, oigo pero estoy pensando en otras cosas, por lo tanto estoy en actitud de recepción del mensaje, pero hago por no entenderte, no meterme en tu rollo, estoy ahí frente a una persona, radiorreceptor, televisión, cualquier forma de emisión de mensajes, pero no pongo atención en nada.
Lo mismo sucede con los alumnos que dicen que van a clases, están en el aula, pero no ponen atención a las clases, lo que posteriormente les traerá serias consecuencias. Por el contrario, escuchar significa poner todos nuestros sentidos atentos a quien nos envía un mensaje, una señal, un golpe, una nota musical, una letra, una imagen, un buen bocado.
A escuchar se aprende. Podríamos partir desde la postura corporal, cómo escucho, si es persona ¿lo miro a los ojos? ¿entiendo su lenguaje corporal y de las palabras?; en cambio si es un medio de comunicación mi actitud crítica debe ser más atenta.
Todo lo que nos rodea nos habla, aunque sean objetos o cosas de la misma naturaleza, pero ya muy pocas veces los escuchamos, porque estamos muy ensimismados con nosotros mismos. Cada día propongámonos concentrarnos desde que nos levantamos y escuchemos con atención nuestra propia persona, los que me rodean, las plantas, los animales, el agua; disfrutemos y vivamos en armonía con nuestro mundo escuchando lo que nos rodea.
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